viernes, 9 de marzo de 2018

Tipos de pistas, niveles y señalización

Todo esquiador debe estar familiarizado con la señalización de las estaciones, un lenguaje universal que permite distinguir las pistas según su dificultad en cualquier rincón del mundo gracias a un sencillo código de colores.

El recorrido de cada pista se marca a través de unas balizas –palos con un círculo del color de la pista correspondiente- que delimitan su trayecto. Es fácil identificar en el plano de pistas de la estación cada una de las pistas, su nombre, su color y su recorrido.

Del verde al negro

El nivel de dificultad de las pistas se expresa, de menos a más, en cuatro colores: verde, azul, rojo y negro. Solo tienes que escoger las que mejor se adaptan a tu nivel y tener siempre en cuenta las condiciones meteorológicas y el estado de la nieve, ya que una pista de dificultad media puede convertirse en difícil si hay una intensa niebla que te impide ver con claridad o la nieve está helada.
Pistas verdes. Son las más fáciles. Son ideales para quien se inicia en el esquí o el snow ya que tienen poca pendiente y permiten aprender a mantener el equilibrio sin caerse al suelo repetidamente. En algunas pistas verdes hay cintas transportadoras, el remonte más sencillo de usar; y en otras, telearrastres.

Pistas azules. El color azul es para las pistas fáciles e intermedias, con suave pendiente pero en donde ya se advierte un cierto nivel de dificultad. Para acceder a estas pistas puedes encontrar todo tipo de remontes, desde telesillas a telearrastres.

Pistas rojas. Son pistas de nivel intermedio y difícil. Pueden tener pendientes hasta del 40% y, en ocasiones, son pistas estrechas lo que supone una dificultad añadida respecto a las pistas azules con más espacio para girar. También puede haber algún obstáculo, como árboles o pilonas, y el esquiador que transita por ellas debe ser capaz de hacer giros con rapidez y frenar rápidamente si hace falta. Son pistas para esquiadores con nivel medio-alto y no aptas para debutantes.

Pistas negras. Sólo para expertos. Es el nivel máximo de dificultad en una pista de esquí, con pendientes que pueden superar el 50% y, por tanto, son espacios reservados para esquiadores muy experimentados. Habitualmente, las pistas negras están en las zonas más elevadas de la estación.

Además de todo esto, debemos fijarnos en las distintas señales que iremos encontrando a lo largo de la estación: las flechas que indican la dirección a seguir –o las distintas direcciones posibles-, el cambio de color entre una pista y otra, según las balizas; las zonas prohibidas o inhabilitadas –puedes encontrar una barrera o una señal de prohibido-, la posible presencia de piedras -indicada con dos palos cruzados para que sean visibles a distancia- o cualquier otro peligro –señalado con el signo internacional de exclamación que también indica peligro en las carreteras-.

La señalización es clara e inconfundible, solo hay que estar atento. Así disfrutarás del esquí con seguridad.


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